¡Viva Corpa que es mi pueblo! ¡Vivan las chicas de allí! Y a quién no le guste Corpa, la puerta está por allí


martes, 31 de marzo de 2020

El mesón de la Villa


A lo largo de los últimos años han sido varias las referencias con las que me he topado en mis lecturas al respecto de un mesón en la villa de Corpa.  Sin embargo ninguna de ellas ha sido lo suficientemente descriptiva como para conformar y reproducir su imagen con un mínimo detalle.  No obstante, son suficientes para afirmar su existencia y para hacer una composición que nos ayude a imaginarlo.

En contra de la idea que muchos podéis tener, un mesón no era más que un lugar de alojamiento para viajeros pobres.  Si los alojamientos tenían cierta categoría se trataba de fondas o de posadas, y si se encontraban en despoblados se trataba de ventas.

Por el simple hecho de ser un mesón, lo que primero podemos decir es que se trataba de un alojamiento de lo más modesto y que se ubicaba en el interior del municipio.  De hecho, por algunas referencias sesgadas, ya mencionadas en anteriores publicaciones, sabemos que de paso al mesón podíamos ver la ventana de la cárcel, lo que ubica el mesón con acceso directo desde la plaza.

En este punto hay que tener en cuenta que la plaza ha tenido siempre un gran acceso directo a la calle Mayor (hasta los años 60 del siglo pasado, momento en el que se construyó la casa de teléfonos y la casa del médico provocando la separación de ambos espacios)

En el dibujo adjunto,que tiene referencia en un mapa del siglo XVIII podemos ver la apariencia de la plaza.  También marco con un circulo rojo el área dónde con mayor posibilidad se podría encontrar el mesón, siendo tres las posibles ubicaciones que se me ocurren: a espaldas del pósito, detrás del concejo o en la propia calle Mayor.




Hay que decir que los mesones no proporcionaban ni vino ni comida y el alojado debía traerlos por su cuenta, o bien adquirirlos en tabernas, bodegones o en el mercado que se establecía en las plazas.  En una villa del tamaño de la de Corpa no creo que hubiera muchas alternativas, pero lo que si sabemos es que su vino tuvo fama y por lo tanto nunca faltaba.  En alguna otra publicación hacíamos referencia al vino de 'la cárcel de Corpa'

En coherencia con lo anteriormente comentado se supone que los precios a pagar en los mesones eran baratos.  Por referencias en la comarca, solían estar estipulados desde el concejo y debían estar expuestos al público.  De hecho lo más lógico en nuestro pueblo es que el mesón fuera municipal, aunque no podemos descartar alguna iniciativa privada.

La llegada de viajeros solía ser a caballo, por lo que los mesones no sólo daban un servicio de cama sino también de caballeriza.  Los mozos acompañantes no tenían derecho a cama, y se pagaba lo mismo por ellos que por las cabalgaduras.  Así que tenía que buscar un sitio dónde acomodarse, normalmente en zaguanes o establos y utilizar la albarda y las mantas para descansar razonablemente.

Sin embargo al transeúnte que no hiciera noche y que parase a descansar y a comer de sus propias provisiones no se le solía cobrar nada.

Con el carácter intervencionista de la época, y al igual que pasaba con los pósitos, todos los pagos, incluidos los del consumo de paja y cebada de los caballos, debían estar claramente apuntados en el correspondiente cuaderno.

Se pagaba entre 10-15 maravedíes por noche, y a cambio el mesonero estaba obligado a ofrecer "cama limpia con jergón, almohada y cobertor" para pernoctar y "agua, fuego, sal y manteles limpios" para los almuerzos  - como apunte, un jergón es un colchón de paja -

Un mesón además de alojamiento era un lugar de convivencia y encuentro donde no faltaba la conversación ni tampoco los juegos de mesa.  Los dados y los naipes (pintados a mano) eran habituales.

¡Ah! Por cierto. No podía haber moza de servicio alguna pues no eran los mesones casas de mancebía y menos a costa del concejo.

lunes, 30 de marzo de 2020

La justicia en el medievo


En la España de la Edad Media la justicia era administrada por los mismos órganos del Estado a quien correspondía la administración en general.  Los órganos administrativos tenían encomendada tanto la potestad jurisdiccional como las potestades administrativas y ejecutivas.

Sin embargo, a finales de la edad media se bifurcan los órganos del Estado, apareciendo la Administración de Justicia como una rama de la administración del Estado independiente y diferenciada de la Administración Pública.

La potestad jurisdiccional no residía solamente en los órganos del Estado, es decir que existían varios órganos que podían ejecutar justicia, a saber,

  • La Jurisdicción del Estado, que correspondía al Rey, o a la justicia popular de los hombres libres de un territorio.  El Rey concedía a los Señores el privilegio de "inmunidad", otorgándoles así la jurisdicción, con mayor o menor extensión, en el territorio de sus Señoríos.  Las Órdenes Militares ejercían el Señorío en sus territorios, por tanto poseían jurisdicción en los mismos.
  • La Jurisdicción Eclesiástica, de la que estaban investidos los Jueces y Tribunales de la Iglesia, que administraban justicia en la esfera propia de su competencia, es decir, de los asuntos relacionados con la Religión Católica, de asuntos civiles (como el matrimonio) y criminales (como el delito de herejía o el de sacrilegio).  Además era competente por el llamado "privilegio de fuero" para conocer de todos los asuntos, civiles y criminales en que fuese parte un eclesiástico (incluidos sus familiares y siervos)
  • También existía la Jurisdicción Mercantil, que desde la Baja Edad Media correspondió a los Consulados, que por razón de la materia, conocían de los asuntos relacionados con el comercio.

Con esta organización se llegó a tener una tipificación de los delitos lo que permitió tener una referencia a la hora de aplicar las penas y así evitar, en medida de lo posible, actos desproporcionados.  En la imagen se puede ver un extracto que nos da idea de esa tipificación:



En cuanto a las sentencias se trataba básicamente de las siguientes:


En anteriores publicaciones comentábamos que la Corona de Castilla obligaba a tener edificaciones especificas para la gestión y desarrollo de ciertas necesidades, en concreto cuando hablábamos de los pósitos y de las alhóndigas.  Pues de la misma forma, sucede ahora para la Administración de Justicia y por ello los pueblos han de poseer infraestructuras específicas para la privación de libertad, penas corporales y pena de muerte.

Para la pena de muerte aplicada en la población civil en ocasiones se utilizó la decapitación y la hoguera, pero lo más extendido y normalizado fue la horca.  A partir del siglo XIX se sustituyó por el garrote vil permaneciendo hasta la desaparición de la pena capital en el año 1975.  En los soldados se aplicaba el arcabuceo (fusilamiento con arcabuz).

En el siglo XVI se legisló el uso de la horca y como adelantábamos todos los municipios tuvieron que disponer de un lugar para ello.  Se construyeron columnas de piedra más o menos ornamentadas dónde se colgaba al reo hasta su muerte simbolizando la deshonra (recordando a Judas Iscariote).  Esas columnas se llamaron Picotas.


Su ubicación se decidió en los caminos de paso y lugares de tránsito, era necesario demostrar que en el pueblo había justicia.  Por eso hubo poblaciones que tenían las picotas en el interior del pueblo y otros, como Corpa, en las afueras.  El lugar destinado en Corpa fue el llamado Cerro de la horca ubicado en la entrada del pueblo, en el lateral izquierdo según se entra desde Alcalá (poco antes de llegar al actual Polideportivo).  

Una vez sentenciados a muerte, los reos no podían permanecer en capilla más de 24 horas, y la ejecución se realizaba para todos los reos por igual independientemente de su condición.

"Acordaron que las justicias se hagan, en lo sucesivo, en todo tiempo a las once de la mañana, en el parage señalado que a todos los reos se les conduzca en mulas con gualdrapa, vestidos de saco y gorro negro, sin distinción alguna de clase, estado, calidad, sexo ni delito"

Más adelante, las cortes de Cádiz en 1813 ordenaron la demolición de 'todos los signos de vasallaje' que hubiera. Corpa fue fiel al mandato, sin embargo hubo otros municipios que optaron por reconvertir las picotas en cruceros dotándolas de mayor ornamentación.  

Cuando se instauró el garrote vil, la administración de justicia no estaba delegada en los señoríos y de sentenciar a algún reo Corpeño se hizo en Madrid por lo que no fue necesaria infraestructura dedicada en la localidad (como vimos en anterior publicación sobre Sucesos)

La pena corporal consistía en latigazos, siendo las antesalas de las cárceles los lugares destinados normalmente para ello, aunque en ocasiones se realizaban en exhibición pública.

Cada municipio tenía su cárcel para las sentencias de privación de libertad.  También se las denominó mazmorras.  Espacios reducidos, habitualmente con un pequeño ventanuco que daba al exterior y que proporcionaba escasa ventilación dónde los presos vivían en unas condiciones muy duras, infrahumanas. Los reos no estaban libres en su interior sino que estaban colgados de sus brazos o muñecas.

En Corpa las mazmorras se situaron en los bajos del concejo.  Para hacernos una posible idea sobre como era adjunto estas imágenes, dónde se puede ver una puerta de entrada reforzada, un espacio con bola y grilletes para impedir la movilidad y un ventanuco superior que da al exterior.  De este tema de la ventana también encontré alguna referencia pues se visualizaba 'desde el lugar de paso al mesón'


Cervantes escribía sobre su experiencia en la cárcel de la siguiente forma:

"La cárcel es el lugar donde toda incomodidad tiene su asiento y donde 
todo triste ruido tiene su habitación".
"Es un apeadero de necios, república confusa, infierno breve, muerte larga, 
puerto de suspiros, valle de lágrimas, casa de locos donde cada 
uno grita y trata de su sola locura".

domingo, 29 de marzo de 2020

El pósito



Este edificio que hoy en día pasa desapercibido y que está ubicado en nuestra plaza desde el siglo XVI era fundamental en otra época.  Se trata de un Pósito, también denominado Alholí en algunos lugares de España.

Por entender la funcionalidad de este edificio hay que trasladarse a la vida en la Edad Media.  La alimentación en los pueblos de pequeña población es casi autóctona, de agricultura y ganadería directa y basada en el trueque comarcal casi más que en la compra.  En el ámbito de esa subsistencia las inclemencias del tiempo y las plagas hacen excesivamente vulnerable el asegurar el sustento a la población. Amén del miedo de volver a vivir los problemas de carestía, e incluso hambrunas, que vivieron las ciudades castellanas desde el siglo XIV,

Por eso la corona de Castilla con los Reyes Católicos en 1480, muy preocupada por asegurar el sustento en los pueblos promulgó leyes que obligaban a tener edificios adecuados para la provisión de pan, abastos y mantenimientos esenciales para los ciudadanos.  Los pósitos en su genuino carácter eran graneros, especialmente de trigo, con el objeto de abastecer al público vecinal, especialmente en las épocas de carestía y de prestar grano a los labradores, tanto para la siembra como para el consumo en los meses de mayor escasez, librándolos así de caer en las manos de la usura.  A los vecinos necesitados se les hacían prestamos desde mediados de Abril hasta la cosecha. Normalmente, en Agosto.

"sostener a los pobres en el tiempo de las 
necesidades que ocurren para las carestias. E para que el pan
que se viniesse a vender se sostuviesse en bueno e justo precio,
e no se encareciesse por falta de los temporales». (Ordenanzas
para el régimen..., pp. 27-28)"

Otro edificio del que se había de disponer era la Alhóndiga,  edificio habilitado para que los forasteros que vienen de la comarca a vender el trigo a la población lo metieran allí.  Además también quedaba habilitado para otras mercaderías.  De esa manera no se mezclaba la 'despensa' para el pueblo del lugar habilitado para el mercado.

Los concejos municipales fueron los encargados de regir, custodiar y administrar estos organismos y sus importantes fondos.  Por eso con frecuencia los Pósitos y Alhóndigas fueron albergados en dependencias municipales próximas o directamente lindantes con las Casas Consistoriales donde se reunían los miembros del concejo.

Por las referencias leídas, en Corpa, como sucedió en otros municipios, es muy posible que el Pósito y la Alhóndiga, diferentes en teoría, compartieran el mismo edificio en la práctica.

Fue tal la preocupación que incluso regularon en 1502 el precio del trigo para evitar los precios abusivos que podían llegar a tener cuando escaseaba:

«Otrosí, porque por estar el trigo en poder de personas
ricas quando viene haver alguna falta de pan se encarece demasiadamente,
y los pobres padescen mucha necesidad. Lo qual
se podria muy bien remediar si en cada lugar oviesse deposito
ordinario de trigo, porque desta manera comprarse bia el dicho
trigo quando valiesse barato, y quando uviesse carestia de pan
podria se dar el dicho trigo de los dichos depositos a personas
pobres e a los precios que oviesse costado, sacadas las costas
que en ello oviessen hecho. Suplicamos a V. M. Mande que
en cada lugar destos reynos haga e aya deposito ordinario 
de trigo para el dicho effecto"



Se considera esencial el relevo y actuación fundacional que el Cardenal Cisneros cogió de los Reyes Católicos.  Gracias a él Toledo, Alcalá de Henares y Torrelaguna fueron las primeras en tener estos edificios en 1512, 1513 y 1514 respectivamente.  A partir de ahí se extendieron por toda la corona de Castilla.

Los pósitos llegaron a ser uno de los principales bienes de propios de los que dispusieron los cabildos municipales, al cumplir también ciertas funciones de crédito agrícola, debido a los préstamos que concedían a los campesinos. No es extraño, por tanto, que su administración estuviera perfectamente regulada, ya desde su fundación, y que los escribanos del concejo recogiesen en sus actas tanto los diversos movimientos de grano como los depósitos monetarios que eran  custodiados en un arca de tres llaves, siempre presente en estos edificios.

«Mandamos, que en cada lugar haya una arca de tres
llaves diferentes, en la parte más cómoda y segura que al Ayuntamiento
le pareciere, en la qual se meta todo el dinero que tuviere
el pósito, y hubiere procedido y procediere del pan de él;
y la una llave tenga la Justicia, y la otra un Regidor, y la otra
un Depositario, que para ello serán nombrados en el tal tiempo
que se eligieren los Oficiales del Concejo; y que en la dicha
arca no se pueda meter ni sacar dinero ninguno; sin que todos
tres estén presentes, y el Escribano de Ayuntamiento, que dé fe
dello, y lo siente en un libro, que estará en la dicha arca, firmando
todas las partidas que se metieren o sacaren [...]»

Felipe II en una pragmática de 15 de Mayo de 1584 estableció la primera reglamentación oficial de estos establecimientos,

«Y esta dicha nuestra ley y pragmática se ha de guardar
en todas las ciudades y villas y lugares destos Reynos donde
hubiere pósitos de pan, ansí Realengos como de Señoríos, Ordenes,
Abadengos y de Behetrías: con que en los lugares donde
hubiere algunas ordenanzas de pósitos por Nos confirmadas,
que fueren en alguna cosa contrarias a lo que aquí va ordenado,
los tales lugares platiquen y confieran en sus Ayuntamientos
lo que converná, y les será útil y provechoso guardar; y lo
que ansí platicaren y confirieren, lo envien a nuestro Consejo,
para que en él visto, se provea lo que más convenga; y en el
entretanto hayan de guardar y guarden lo contenido en esta
nuestra ley».


En 1792 existían ya en España 5249 pósitos municipales, a partir de esa fecha se reitera lo de las tres llaves para el dinero y se exigen también dos llaves para el depósito de grano.  Según la recopilación del Marqués de Ensenada en su catastro "hay dos llaveros de los granos de los diezmos de esta villa que lo son don Santiago Serrano, presbítero y Alfonso López"

En nuestro pueblo, las tres llaves y su arca de tres cerraduras se mantuvieron en el consistorio hasta los años 20. En ese periodo el arca se vendió a un anticuario de Madrid (así lo pude constatar en el archivo del Ayuntamiento).  Por la descripción encontrada, la pinta de la caja de caudales podría ser muy similar a la de la imagen




Como anécdota hace unos años nos hicimos con una llave de caudales en un mercadillo.  Por ser honesto dudo de su autenticidad  pero por comparación con algunas originales pudiera ser verdad.



Y con esto ya conocéis algo más sobre un edificio que viene observando la vida en el pueblo desde el siglo XVI.  Para algunos, esta funcionalidad que explico hoy, era desconocida y sólo sabían que el edificio fue lateral de la plaza de toros, soporte de andamios en festejos, el lugar dónde se colgaba el jamón de las peñas, fondo de festivales musicales o simplemente dónde Luis guarda el tractor.



sábado, 28 de marzo de 2020

El Camposanto


El ser humano es el único que entierra a sus muertos y los deposita en lugares construidos expresamente para esta finalidad.  De hecho lo lleva haciendo desde hace cien mil años.

En la época clásica los cementerios se situaban fuera de las ciudades, incluso de sus murallas puesto que el mundo de los vivos debía de estar apartado del mundo de los muertos.  En Roma se prohibieron los enterramientos in urbe.  Entonces ¿por qué hubo una época en la que se enterraba en las mismas ciudades?

Algunos echan la culpa al cristianismo aunque realmente fue debido al culto a los mártires.  Inicialmente eran enterrados en las necrópolis extraubanas, pero rápidamente se convirtieron en objeto de culto, siendo visitados por multitud de fieles que celebraban misas para lo que terminaron construyendo capillas y basílicas para acoger a los peregrinos y canalizar ese culto.

El crecimiento de los pueblos pudo condicionar que en la Edad Media los cementerios asociados a sus iglesias se hallasen ya en el interior de las mismas.  La palabra con la que se designaba el espacio de enterramiento era el atrium o atrio, también denominado camposanto.

El camposanto era un lugar público y dónde se reunía la gente tras la misa, se celebraban procesiones e incluso dónde jugaban los niños y se celebraban los más diversos actos sociales.

Si revisáis la publicación de la Iglesia de Santo Domingo de Silos os podéis poner mucho mejor en contexto para ver como era una iglesia de la época.

En la Edad Media, la cercanía en el enterramiento a catedrales, iglesias o monasterios garantizaba la salvación de las almas.  De hecho los más pudientes lograban tener sus propias capillas y fosas en el interior de la iglesia.  Esa situación se vivió también en Corpa, y tras petición de D. Manuel Alarcón se llevó a cabo una modificación de la iglesia, en concreto de una de sus Capillas, la de Nuestra Señora de los Dolores, para convertirlo en dos salas y ubicar en ella dos sepulcros.

"OBRAS PARA LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES: Que intenta o pretende hacer D. Manuel Alarcón, expropio de esta parroquia, solo ocupará esta capilla dos sepulturas, y otra más por donde han de ir las verjas de ella......Así mismo debo decir como en la otra capilla que ha de quedar a correspondencia de la de San Nicolás, en el mismo arco donde se ha de reducir a dos pequeñas, todo lo cual se obliga al pretender a formar, ocupa una sepultura, la cual queda a beneficio de esta iglesia, aunque ni en esta ni en las antecedentes de Nuestra Señora de los Dolores se acostumbra a enterrarse por causa de sus muchas humedades.

A 30 de enero de 1763. Firma Isidoro Moreno."

Pues a pesar de las humedades que ya anticipaba D. Isidoro, en 1793 en la iglesia se dio sepulcro a Bernarda del Castillo y Angel Ximenez de Buendía.  Continúan hoy en día en la iglesia, aunque el altar de dicha capilla está actualmente destinado a la Inmaculada Concepción y no a la Dolorosa.

Francisco Perez: Plano a mano alzada de la obra proyectada
Como curiosidad, decir que en el exterior, las sepulturas eran anónimas lo que hizo que los cuerpos fueran hacinados, se reutilizaran fosas y los huesos acabasen revueltos y amontonados.  Aún se conservan osarios de aquella época en algunas iglesias.  De hecho, en los años 80, tras una restauración ejecutada popularmente en nuestra iglesia, algunos tuvieron la ocasión de observar bastantes huesos soterrados que quedaron visibles tras levantar el suelo.  Más de un jovenzuelo hizo acopio y se los llevó para casa tras la particular 'alegria' del hallazgo ¿os acordáis?

Pero esa convivencia con los muertos se rompió en el siglo XVII por diversos hechos de todo tipo, desde ruidos bajo las lápidas a enfermedades contagiadas tras visitar alguna iglesia.  Los ilustrados y médicos del siglo consideraron que existía "una relación entre el ruido y las tumbas, las emanaciones de los cementerios y la peste".  Algunos comenzaron a relacionar el cementerio como el vestíbulo del infierno.

Imaginaos que la falta de sitio obligaba a abrir las fosas antes de que los cadáveres estuvieran totalmente descompuestos y se almacenaban los cuerpos semicorruptos en los osarios ¡Menudo foco de infección! Pero...quizá fuese por esto por lo que encontramos a Francisco Collantes incorrupto.

En el siglo XVIII se denunció la insalubridad de los cementerios prohibiendo definitivamente enterrar en el interior de las iglesias por considerarlo causa de epidemias.

Además hay que tener en cuenta que tras la remisión de las epidemias masivas y la estabilización de la mortalidad general e infantil, la población aumento progresivamente y las capacidades de las iglesias para enterramientos se vieron totalmente desbordadas.

El 3 de abril de 1787 Carlos III prohibió severamente enterrar en las iglesias en beneficio de la salud pública restableciendo la antigua disciplina de la iglesia en el uso de los cementerios según el ritual romano que comentábamos al principio de la publicación.

En pueblos como el de Corpa, la iglesia no podía costear el cambio y fue mucho después cuando se pudo sacar el cementerio a su ubicación actual.  Y se pudo hacer gracias a una nueva orden de 1833 que determinaba que "los cementerios serán construidos con fondos municipales aunque su custodia seguirá correspondiendo a las autoridades eclesiásticas"

La situación en la que se encuentra el cementerio actual ya la conocéis.  La ampliación que se puede ver en la imagen (parte inferior) también fue realizada con fondos municipales en los primeros años de este milenio.

Vista Google Maps


viernes, 27 de marzo de 2020

La Iglesia de Sto Domingo de Silos


Es difícil acreditar el origen de nuestra Iglesia pero históricamente se habla de que a comienzos del siglo XII se erigió en este lugar una modesta iglesia románica, en honor a Santo Domingo de Silos.

Su aspecto se mantuvo hasta mediados del siglo XVII.  En ese momento tras la compra de la Villa y la llegada al pueblo de los Marqueses de Mondéjar  el templo fue remodelado profundamente ampliándose las naves y levantándose la torre cuya altura conocemos hoy (llegaba a ocupar la parte que actualmente ocupa el salón parroquial y la vivienda anexa, además de otros espacios ubicados en la parte trasera que hoy en día no existen).

Las campanas fueron una réplica a menor escala de las existentes en la Catedral de Toledo, motivo por el que algunos comenzaron a llamar a la Villa Toledillo.  En cualquier caso ese nunca fue su nombre.

No hay que olvidar que el cementerio en esta época se encontraba en la parte trasera de la iglesia por lo que con ello os podéis hacer una idea global del conjunto exterior.

La Iglesia en su interior tenía 8 altares; El Mayor, San Isidro, Nuestra Señora del Rosario, San Antonio, Santa Ana, San Nicolás, Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora de la Agonía.

En la parte posterior tenía su coro, tenía órgano y gozaba de una capilla particular en su interior, la capilla de los Alarcón, cuyo escudo se mantiene aún en la nave actual.  Desconozco cuál es el origen de esta capilla, pero no me extraña su procedencia porque el primer comprador de la Villa, el marqués de Salinas, Luis de Velasco y Alarcón, podría haberlo dedicado a la familia conquense por parte de madre.

Además se dotó de imágenes y pinturas que han permanecido a lo largo de los tiempos prácticamente hasta nuestra guerra civil.  Una de las pinturas documentadas y de gran valor fue la del Cristo con la Cruz a cuestas de Luis Morales El Divino, de la que hemos tenido referencias escritas hasta 1931 y de su desaparición después de la Guerra Civil.  En la imagen se puede ver un cuadro del Divino Morales ubicado a día de hoy en la Iglesia de San Miguel y San Julian de Valladolid que recuerda bastante al que existió en la Iglesia de Corpa.



Con toda esta infraestructura, en pocos lugares se hacían los oficios divinos con igual solemnidad.  Había un Sacerdote y un Capellán.  Cantaban en el coro el Sacristán, un muchacho y el Escribano, que alternaba con el primero en tocar el órgano y cantar la Epístola y de esta manera se describía en 1715: "No es fácil expresar la novedad o eco que me hizo, el ver que salían de la sacristía, y hecha su reverencia al Altar se dirigían al coro, más de doce, que parecían Eclesiásticos vestidos de sobrepellices.  Observé que no tenían sotana, que llevaban el pelo unos suelto y otros en trenza; luego que me impuse en que todos ellos eran vecinos de la villa, los mas casados y labradores.  Conoció mi admiración uno que estaba a mi lado y me dijo, estos son los Coronados.  Sin embargo de algunas dificultades que me ocurrían y no podía desvanecer aun recurriendo a la disciplina antigüa de la Iglesia, me persuadí que estarían consurados, y que para gozar del fuero asistirían a los divinos oficios con hábito clerical; pero después me explicaron que los Coronados son los individuos del Cabildo de San Nicolás, que consta de 18 Plazas, y su Abad, que es el Cura: su instituto asistir de sobrepelliz los terceros Domingos del mes y principales festividades del año, y el culto del Santo Patrono, cuyo altar y lámpara mantienen.  Las vacantes se proveen por el mismo Cabildo en los más antiguos y de mejor conducta de los pretendientes del pueblo.  Les cuesta la entrada 62 reales, y en caso de llegar a suma pobreza disfrutan de algún socorro temporal, amén del espiritual.  Esta clase de Cabildos la hay también en otros lugares de la comarca, y vienen de muy antiguos"

En esos momentos el cuerpo incorrupto de Collantes andaba de aquí para allá dentro de la nave, bajo el coro y por las escaleras al campanario como comentamos en otra publicación.

En 1876 esta era la planta que tenía la Iglesia y coincide bastante con lo que os vengo relatando.




En esas mismas fechas alguna publicación breve hacia referencia al "preciosísimo Cristo de la Piedad en Corpa" pero desconozco de cuando data la talla aunque sí poseo algunas fotos dónde se puede ver su aspecto, dónde llama la atención su pelo natural.


Foto Pilar Yebra
Por la cara de sorpresa y susto que tienen los personajes de la foto bien podríamos decir que no habían visto a un fotógrafo en su vida.

En 1889 se tuvieron que llevar a cabo obras de restauración de la nave pues se encontraba su parte anterior agrietada y muy deteriorada.  Tengamos en cuenta que entre otras cosas los Franceses expoliaron la iglesia en su ataque a Corpa y que sufrió varios robos importantes en la última parte de este siglo de lo que ya hablamos también en este blog.

En esa situación la Iglesia se mantuvo hasta la Guerra Civil, tras la cual quedó muy deteriorada.  Por ello tuvo que ser restaurada, disminuyendo el tamaño de su nave y recogiendo el coro posterior, hubo que rehacer también el pórtico de entrada.  En la imagen podemos ver su aspecto tras su restauración en 1953

Foto Arturo Verdes-Montenegro

Todo lo que ha pasado después ya es historia reciente y conocida por todos.  Quizá pasados 100 años tengamos que volver para actualizar esta publicación.




jueves, 26 de marzo de 2020

El servicio militar



Foto Ana M de las Heras

La mayoría de vosotros conocéis el momento en el que se suprimió el servicio militar porque desapareció en el 2001.  Pero posiblemente no tengáis ni idea desde cuando había sido obligatorio.

Aunque las Constituciones y las leyes de reclutamiento (como la de 1837) enunciaban un servicio militar obligatorio, la realidad es que no se cumplió. Hasta la última guerra carlista (1872-1876), las provincias vascas estuvieron exentas de las quintas. Y se permitía la redención en metálico del servicio, es decir, que el llamado a filas pagase a un sustituto, lo que implicaba que los ricos libraran a sus hijos de la mili. Había compañías de seguros, algunas vinculadas a políticos, que ofrecían a las familias una póliza para pagar uno de estos desdichados que sustituyeran a su hijo.

La ley de 1912, aprobada por el Gobierno de José Canalejas, mantuvo el soldado de cuota, que aunque ya no eximía del servicio permitía la reducción del tiempo en el ejército. Canalejas justificó así la extensión del servicio militar, que entonces duraba tres años, a todas las clases sociales.

Podemos entender por tanto que los primeros reclutas Corpeños fueron seleccionados en 1913, tenían que cumplir un servicio militar de tres años y no olvidemos que aún quedaban colonias como Marruecos y Guinea dónde poder realizar la prestación.  Si esto hubiera ocurrido treinta años antes y Roosevelt no hubiera declarado la guerra a España, aún se tendrían las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, así que visto en el contexto de esa época tampoco estaba tan mal.  Anteriormente había soldados puesto que realmente el servicio militar no era obligatorio.

No hace tanto tiempo desde el 1913, por lo que alguno de los lectores podría reconocer incluso a sus padres o abuelos en la lista.  Hay que decir que esta lista es de 'segunda vuelta' puesto que son las respuestas a las alegaciones para salvarse de la misma.


La Ley de Reclutamiento y Reemplazo de 19 de enero rectificada el 27 de febrero de 1912 recogía las siguientes excepciones del servicio en filas.

  • Hijo único que mantenga a su padre pobre siendo éste impedido o sexagenario.
  • Hijo único que mantenga a madre pobre también siendo ésta viuda o casada con persona también pobre, sexagenaria o impedida.
  • Hijo único que mantenga a su madre pobre si el marido de ésta, pobre también, se hallare sufriendo una condena que no haya de cumplir dentro de un año.
  • Hijo único que mantenga a su madre pobre si su marido se halla ausente por más de diez años, ignorándose absolutamente su paradero durante este tiempo, a juicio del Ayuntamiento o de la Comisión Mixta de Reclutamiento, respectivamente.
  • El expósito o huérfano de padre y madre que mantenga a la persona que lo crió y educó habiéndole conservado en su compañía desde la edad de tres años sin retribución alguna, siempre que en él concurran las circunstancias determinadas en los casos anteriores.
  • Hijo único natural reconocido en legal forma, en los mismos casos que los hijos legítimos, siempre que haya sido criado como tal hijo por el que produzca la excepción.
  • Hijo único que mantenga a su abuelo o a su abuela pobres, siendo aquél sexagenario o impedido y ésta viuda, con tal que dicho nieto sea huérfano de padre y madre.
  • Nieto que, reuniendo las circunstancias anteriores, mantenga a su abuela pobre, si el marido de ésta fuera también pobre y sexagenario o impedido o se hallase ausente por más de diez años, ignorando su paradero.
  • Hermano de uno o más huérfanos de padre y madre, si los mantiene desde un año antes de la clasificación y declaración de soldados o desde que quedaron en la orfandad, siendo dichos hermanos pobres y menores de diecinueve años, o impedidos para trabajar, cualquiera que sea su edad.
  • Hijo de padre (o madre casada o viuda) que no siendo pobre tenga otro u otros hijos sirviendo personalmente en los Cuerpos armados del Ejército por haberles cabido la suerte, si privado del hijo que pretende eximirse no quedase al padre otro varón de cualquier estado mayor de diecinueve años no impedido para trabajar.
  •  Alistamiento simultáneo de dos hermanos legítimos o naturales.


Si no se excluía por ninguna de las anteriores razones se procedía a un examen de salud realizable directamente en el Ayuntamiento de la localidad.  En 1913 el Alcalde de Corpa era Victor Salamanca, el secretario Laureano García y el juez Joaquin Yebra de la Dehesa.  Entre los tres tenían que tallar a los reclutas nominados y si eran de baja estatura, tenían enfermedades o defectos físicos graves, pies planos, cortedad de vista o cojera se hacía informe y se les terminaba excluyendo de la mili.



La talla original utilizada para medir los reclutas del Ayuntamiento se vendió a un anticuario a finales de los años 50 a pesar de su valor histórico (también se llevó la caja de caudales de tres llaves que se conservaba desde hace siglos)

Según certificaba el secretario del ayuntamiento el Censo de cabezas de familia en ese año era el siguiente.


En la fotografía, aportada por Florencio Plaza se puede ver a uno de los componentes de la lista, Mariano Plaza.



¿Volverá la mili algún día? La verdad es que según nuestra Constitución se podría volver a imponer en cualquier momento, tal y como están sugiriendo otros países.  Y es que en su artículo 30, proclama que los españoles “tienen el derecho y el deber de defender a España”, establece que “la ley fijará las obligaciones militares de los españoles” y añade que “podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general”.

Espero que con esta publicación de hoy además hayáis aprendido de dónde vienen las expresiones 'dar la talla' y 'más se perdió en la guerra de cuba'


miércoles, 25 de marzo de 2020

Crónica de sucesos siglo XIX



Dado que en los últimos días el blog está cogiendo algunos tintes sensacionalistas, vamos a terminar de rematar hoy contando algunos sucesos acontecidos en el siglo XIX que seguro os llaman la atención.  Fue un siglo de lo más movidito, del que he seleccionado siete de los registros más curiosos.

MUERTE POR GARROTE VIL

En diciembre de 1838, prácticamente recién instaurada la muerte por garrote vil en España, un Corpeño de nacimiento, Juan Martinez (alias el Galleguito), de 57 años, de estado casado y de ejercicio jornalero fue condenado por el juzgado de primera instancia de Alcalá, a aquella pena por haber muerto violentamente a Vicenta Piquer (alias Canana).

La sentencia fue confirmada por los señores de la sala segunda de la audiencia territorial.  "En su consecuencia y para auxiliar en este acto a la jurisdicción ordinaria se hallarán con media hora de anticipación y en el sitio del patíbulo, dos piquetes, compuestos cada uno de 40 hombres con sus oficiales correspondientes, uno de cazadores de la Reina Gobernadora, y otro de la M.N. de infantería de esta capital; y de la caballería de la misa un capitán, dos subalternos y 40 nacionales.  A la propia hora de las diez y media y en la cárcel de Corte, la citada M.N. de caballería situará un piquete de un sargento, un cabo y 8 nacionales para poner espedito el camino que el reo ha de llevar, y para su conducción la de infanteria destacará un subalterno, un sargento, 2 cabos y 20 nacionales, cuyo jefe a su llegada se personará con el Sr. juez de primera instancia D. Juan Jose Rodríguez Valdosera a recibir sus instrucciones dejando, verificada la justicia, el piquete de cazadores de la Reina Gobernadora un cabo y cuatro soldados para custodia del cadaver hasta que la paz y caridad lo recoja, retirándose después a su cuartel"

ASESINATO A UNA MOZA DE LOS SANTOS DE LA HUMOSA

Pocos años después, en 1846, en el camino de Corpa a los Santos de la Humosa, se encontró asesinada a una moza de 30 años, casada en dicho pueblo, dejando tres hijos y estando embarazada de cinco meses.  Había recibido varias navajadas en la garganta.  En cuanto llegó la noticia a esta salieron dos guardias civiles de caballería, y a poco rato lo hizo el juez de primera instancia, quien no ha vuelto hasta haber traído preso al feroz asesino presunto.

"El acusado pasaba por intimo amigo del marido de la difunta, y por consiguiente muchos días iba a su casa, y parece que había tratado repetidas veces de seducirla, pero ninguna lo pudo lograr, hasta que cansada de tantas instancias la fiel esposa, lo puso en conocimiento de su marido, el cual le dijo al fingido amigo que no volviera a casa.  Así lo hizo, pero a pesar de esto, no desistió de su empeño; hasta que encontrándose con ella el 1º del presente mes de 9 a 9 y media de la mañana en el camino, reiteró sus instancias, diciéndola que en otro caso la iba a degollar, lo que efectuó, perpetrando despues otro delito según las señales que se hallaron en el cadáver"

En el año 1848, también se abrió causa por un oficial del ejército herido en el pueblo de Corpa.

ROBO EN LA IGLESIA

En 1869, en la noche del 14 de enero, fue robada la iglesia parroquial de la villa de Corpa, partido de Alcalá de Henares, llevándose los ladrones las alhajas y efectos siguientes:
  • Una custodia de plata redorada, su peso como de 14 libras
  • Un cáliz, con solo la copa de plata sobredorada
  • Una lámpara toda de plata, su peso 116 onzas, poco más o menos.
  • Un copón de plata
  • La cajita, también de plata, en dónde van las formas para dar el Viatico a los enfermos
  • Unas crismeras y la concha bautismal, también de plata
  • Una cruz parroquial de metal blanco
  • Una cruz pequeña con un Crucifijo
  • Dos albas nuevas con puntilla
Fue difícil llevar a cabo la misa, y no faltaron las aportaciones populares posteriores para paliar el expolio efectuado, como la que se describe a continuación: "preciosa custodia que se ha hecho en
la platería del Sr. Dorado, en esta corte, costeada por D. Celedonio García, para Corpa, su pueblo natal".  Dato curioso que la platería fuera del Sr. Dorado. :-)

MUERTE DE UN SOLDADO

Ese mismo año en  el mes Agosto, fue hallado muerto en el campo y término de Corpa, la mañana del día 12, Manuel Rodríguez Aguado, natural de esta villa, hijo de Juan y de Petra, soldado de la sexta compañia del segundo batallón del regimiento de infantería de Cantabria, num. 39, y según dicta la providencia del juzgado de primera instancia: "se llama a los padres del Manuel o parientes más próximos del mismo, para que en el término de ocho días comparezcan en este juzgado a prestar declaración y manifestar si quieren o no mostrase parte en dicha causa"

SUELTA DE NOVILLOS

En 1882, el delito lo comete el propio Ayuntamiento de Corpa: "El señor gobernador civil de la provincia ha mandado instruir expediente en averiguación de los hechos que se suponen cometidos por el ayuntamiento de Corpa, para dar una corrida de novillos y arrancar a los maestros de escuela de aquella localidad un recibo de los haberes que no han cobrado, y cuyo pago era la única condición que había puesto el señor gobernador civil para autorizar dicha función"

Y es que como ya dijimos en otro artículo, Corpa siempre fue taurina.  Hasta el punto de ponerlo por delante de los sueldos de los maestros ja, ja, ja.

RIÑA EN UN BAR DE MADRID

El 26 de Junio de 1887, dos hombres de treinta y dos y cuarenta y tres años respectivamente, llamados Francisco Barco Gil y Marcos Prieto, el primero barbero de oficio y jornalero el otro, entraron ayer a eso de la una de la tarde en una taberna de la calle de la Paloma con objeto de ventilar entre copa y copa asuntos de índole privada, relacionados con una deuda de cuatro reales.  Ambos eran antiguos amigos.  Francisco Barco era el barbero de Marcos, y como quiera que este debía a su amigo una peseta, y el acreedor no cobraba nunca, la amistad de los dos enfrióse algún tanto.

Sin embargo de esta circunstancia, y tal vez por ella, al encontrar ayer el barbero a Marcos invitóle a tomar unas copas.  En la taberna menudearon de un modo alarmante las libaciones, y cuando ya en los cerebros de ambos no quedaba un chispazo de razón, suscitóse entre ellos el asunto de la deuda , y por sus bocas echaron toda clase de injuriosos denuestos, acabando por salir a la calle desafiados.
Ya en ella la riña tomó al principio caracteres altamente cómicos, pues ninguno de los dos valientes podía tenerse en pié, pero de pronto el barbero sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se lo clavó a su contrario en el costado izquierdo.

Hecho esto el agresor huyó mas a poco rato los agentes de la autoridad le detuvieron en la calle de la Solana y le llevaron ante el juez de guardia  En su poder hallóse el cuchillo con que cometió el crimen.

El herido, casado, natural de Corpa, fue auxiliado por varias personas y conducido a la casa de socorro del distrito de la Latina, dónde le hicieron la primera cura.  Después, en una camilla, pasó al hospital General con pocas esperanzas de salvación.

Un Prieto acuchillado por un Barco, las vueltas que da la vida.

EL CRIMEN DE LA CALLE LEÓN

"Los médicos forenses del distrito del Centro practicaron ayer la autopsia del desgraciado agente de Vigilancia Apolinar Alfaro, asesinado la noche del sábado pasado en la calle del León.

Hasta la hora presente no se ha encontrado al asesino Pepín, ni tampoco la navaja con que cometió el crimen.  ¿No sería conveniente que se registrase el sumidero de la alcantarilla que hace esquina en cuyo lugar, según tenemos entendido, se cometió el crimen?  Porque muy bien pudo suceder que el asesino tuviera tiempo para arrojar el arma homicida en la alcantarilla, logrando de esta manera ocultar las huellas de su delito"

Pues parece que le duró poco la fuga: "El detenido Corpas, natural de dicho pueblo, ha sido reconocido como tomador por el agente Ambrosio Hernandez, que durante el tiempo que permaneció en la ronda del Sr. Minaya detuvo al citado en el inmediato pueblo de Alcalá de Henares en el momento en que trataba de cometer una fechoria"

Menuda joya el paisano Corpas....

Como veis, aunque ahora el pueblo sea de lo más tranquilo no siempre fue así.

martes, 24 de marzo de 2020

¡Socorro Corpa se quema!



Corpa, Viernes 20 de Febrero de 1931.  En torno a las 11:30h de la mañana unos niños juegan junto a un pajar,  entre ellos, según me cuentan, mi abuela Sagrario y su hermano Valentín.  Poco después se origina un incendio en su interior y en pocos minutos se extiende.

El incendio afectó en seguida al salón de baile adjunto, dónde se celebraban entonces las fiestas del pueblo.  Seguía al salón otro edificio, al que se unían varios formando una extensa manzana, por lo cual al iniciarse el fuego en el pajar la alarma de los vecinos fue grande, temerosos de que las llamas alcanzaran a toda la manzana de casas.

"Las llamas prendieron en la paja y se intensificaron en pocos momentos.  Varias vecinas habitantes en las casa próximas, al advertir la densa columna de humo que se elevaba, empezaron a dar voces pidiendo auxilio y a los pocos momentos llegaron los vecinos D. Andrés Cabras, D. Julio García, el alcalde, D. José María Verdes Montenegro, y el juez, D. Juan García Gómez, que procedieron a los primeros trabajos de extinción. Al mismo tiempo sonaban las campanas del pueblo convocando para ayuda a todos los vecinos".

Paremos aquí e imaginemos la situación en ese momento.  Como decíamos en anterior publicación en esa época no había agua en el pueblo, sólo en pozos particulares y manantiales.  El pajar arde cada vez más.  Empieza a afectar a los edificios colindantes, el baile y el establo. ¡Se va de las manos! ¿cómo se pide ayuda? ¡No había teléfono! 

LOS PRIMEROS AUXILIOS

La confusión que en los primeros momentos se produjo fue indescriptible, y todo el vecindario, con sus autoridades a la cabeza, trató de acudir a extinguir las llamas, utilizando para ello el agua de los pozos de las casas que era acarreada con toda clase de cacharros por medio de largas filas de gente hasta la finca incendiada; pero en seguida se echó ver que esto era insuficiente y el alcalde dispuso que saliera un propio para Alcalá de Henares con objeto de pedir auxilio.

Según se hace eco la prensa de la época, un emisario salio hacia Alcalá de Henares y se presentó en su Ayuntamiento "jadeante y con el espanto reflejado en el rostro, diciendo que estaba ardiendo el pueblo por los cuatro costados".  Viendo esta situación en el Ayuntamiento solicitaron la actuación del cuerpo de Bomberos de Madrid. Y tan alarmante era la noticia que también se avisó al ejercito "fueron enviadas fuerzas del batallón de Lanzarote, que forman parte de esta guarnición, y de esta Comandancia de la Guardia Civil para contribuir a los trabajos de extinción, sabiéndose en ese momento que han salido ya de la Dirección de Incendios una bomba del segundo Parque.  Por la distancia a que se halla dicho pueblo y la falta de comunicaciones telefónicas, se ignora la importancia del siniestro reinando la natural ansiedad".  Estos refuerzos, a pesar de estar informados en algún diario, nunca llegaron al lugar del siniestro.

Uno de los primeros en llegar también al lugar del suceso fue el cura del pueblo, D. Francisco Gómez de Diego, el cual en unión de varios vecinos entró en el corral de ganado para salvar a los animales que en él se hallaban.

"Algunos cerdos que estaban en el corral salieron veloces al ser abierta la puerta de éste.  Poco después se pusieron a salvo una yegua y numerosos corderos.  Mientras tanto, habían acudido al lugar del suceso casi todos los vecinos del pueblo, que son unos 130 aproximadamente.  Las mujeres rivalizaban en su labor para sacar agua del pilón desde la fuente y formando entre mujeres y jóvenes una cadena iban pasando los cubos de mano en mano hasta llegar a un tejado, desde el cual el cura y los vecinos arrojaban agua en grandes cantidades.  Únicamente se pudo salvar del salón de baile el piano; todo lo demás ha quedado reducido a escombros".



LLEGADA DE LOS BOMBEROS

Llegaron a Corpa cerca de la una de la tarde e inmediatamente se pusieron a trabajar con la actividad acostumbrada.  Como quiera que se carecía del elemento más indispensable, que era el agua, el jefe de zona, un tal Pingarrón dispuso que se empalmaran quince trozos de mangaje que se llevaban de repuesto, y que fueron extendidos en una longitud de unos trescientos metros hasta una hondonada situada entre un grupo de árboles, donde se hallan la fuente y lavadero del pueblo, fuente cuyo caudal no era muy abundante en ese momento (quince litros por minuto según la prensa de la época)

El jefe de Bomberos Sr. Pingarrón, dispuso que se derribaran inmediatamente a golpe de pico los paredones colindantes a la finca siniestrada.  Luego dio las ordenes para que se retiraran de los alrededores de las casas que ardian los numerosos vecinos que con cubos, barreños y otros artefactos pugnaban con sus esfuerzos para apagar las llamas.  Estas, por efecto del fuerte viento reinante se hacían más extensas.

Los trabajos del personal de incendios duraron cerca de dos horas, quedando dominado el siniestro que había destruido parte de una finca y el salón dedicado a baile público, que estaba contiguo al pajar dónde se inició el fuego.  Se retiraron sobre las tres y media de la tarde y fueron ovacionados por el vecindario.



ÚLTIMOS DETALLES

La noticia, divulgada por los centros oficiales, acusaba de gran gravedad, llegó a conocimiento de los periodistas, que se dispusieron a salir inmediatamente para el lugar del suceso.  De ahí que se hicieran eco de la noticia al menos los diarios ABC y ABC Sevilla, El Siglo Futuro, El Sol, Heraldo de Madrid, La correspondencia militar, La Libertad y La Voz.

"En vista de las alarmantes noticias que del pueblo de Corpa se recibían nos trasladamos en automóvil a dicho lugar, siendo sorprendido al comprobar que sólo se había quemado un local habilitado para salón de baile y una casa contigua, siendo ambos inmuebles muy viejos y de escasísimo valor, no registrándose desgracias personales"

Una vez fuera del pueblo los bomberos, el alcalde D. Jose María Verdes Montenegro y el juez Sr. García Gómez dispusieron que fuera echado un pregón rogando al vecindario de Corpa que con los elementos que tuviera se presentara en el lugar siniestrado para apagar totalmente los pequeños focos que del incendio quedaban entre los escombros de las casas siniestradas.  Casi todo el pueblo obedeció las ordenes de las autoridades.  Las pérdidas ocasionadas por el fuego son de bastante consideración.

La finca que se quemó era propiedad de los hermanos D. Sergio y Doña Francisca Salamanca, los cuales no tenían asegurado el edificio.  "Calculan las pérdidas en unas 1.000 pesetas, aproximadamente".  Esto para los más jóvenes son 6 euros al cambio, lo que os puede hacer una idea de la depreciación de la moneda desde entonces.

lunes, 23 de marzo de 2020

La flor del Tajuña


La primera referencia de la aplicación práctica de la electricidad en España data del año 1852 en Barcelona.  Hasta entonces se utilizaba en iluminación el gas y las lamparas de aceite.

En seguida se extendió su aplicación, pero en esos momentos, la electricidad era generada en forma de corriente continua y no era posible su transporte a largas distancias, por lo que su desarrollo se veía limitado a emplazamientos de las centrales próximas a los centros de consumo, normalmente a industrias o municipios.

Sin embargo, con la aparición de la corriente eléctrica alterna, a principios del siglo XX, se abrió la posibilidad de transportar electricidad a gran distancia y, por tanto, de llevar a cabo un desarrollo a gran escala de las centrales hidroeléctricas.

Fueron muchos los emprendedores que probaron a generar electricidad y en nuestra zona fueron dos vecinos de Pezuela de las Torres D. Gumersindo Bachiller y D. Salvador Catalán.  En 1913 obtuvieron licencia para desplegar su proyecto y distribuir electricidad a varios de los pueblos de la zona, entre ellos Corpa


Llamaron a su empresa La Flor del Tajuña, y generaban electricidad utilizando un generador impulsado por el agua del rio Tajuña.  Sus instalaciones fueron similares a las visualizadas en la imagen de cabecera.

La distribución se llevó a cabo siguiendo las pocas normativas existentes y con el despliegue de postes entre la central hidroeléctrica y los distintos pueblos.


Poco después la electricidad llegó a Corpa.  Por Corpa la iluminación a gas ni llegó y se seguía manteniendo la iluminación con lamparas de aceite.  Para los más jóvenes, tened en cuenta que hasta entonces en las ciudades existía una profesión a día de hoy extinguida: el farolero.


En Corpa se colocó un transformador en lo que ahora sería la parte de atrás de las casas de Juanjo y Cesar García Hoyos. Y desde ahí se distribuyeron dos o tres puntos a lo largo de la calle Mayor para tener iluminado el pueblo.  Se utilizaron unas farolas con una especie de platillo encima que han permanecido hasta los años 60. También se dio acceso a algunas viviendas. En la imagen se puede observar una farola original que se mantiene viva hoy en día en el corral de Jesús de las Heras.

Foto Jesús de las Heras

Evidentemente la electricidad solamente era utilizada para iluminación.  La 'luz' venía en serie, no había llaves de encendido y apagado, se recibía por la tarde y cortaba de madrugada.  Se tenía una o a lo sumo dos bombillas Edison por casa que contrataba.

Aunque la luz no era ni con mucho tan brillante como ahora, los vecinos que tenían el servicio tapaban las bombillas enrollándolas con papel de estraza de la carnicería para que no molestase alcanzada la noche.  Imaginad una habitación con cocina de leña y carbón, dónde existen lamparas de aceite para moverse por la casa y una única bombilla iluminando la estancia.  Esa sería una vivienda de lujo en aquella época.  Quizá la siguiente imagen nos ayude a poner en contexto.


La electricidad cada vez fue más accesible a la vez que demandada y además la infraestructura requería de mantenimiento.  Durante los años de la guerra civil y los primeros años de la posguerra se produjo un estancamiento de la capacidad de producción. Además, la sequía de 1944-1945 impidió atender una demanda creciente.  Eso hizo que La Flor del Tajuña no pudiera mantenerse viva.

Por cierto, el mantenimiento de la infraestructura en Corpa siempre se llevó a cabo por algún vecino del pueblo.  Y pudiendo ser alguno más, al menos yo tengo referencia de ejercer de electricistas a Eugenio Seiz, Florentin de las Heras y Barriales.

En el año 58 la electricidad ya vino de Villalbilla con la empresa Unidad Eléctrica S.A. (UNESA lo que a día de hoy sería Unión Fenosa) y entonces fue cuando se ubicó el transformador que aún tenemos en el pueblo en el cruce de la Calle del Agua con la calle Príncipe Felipe. En esos momentos el mantenimiento ya vino por parte de la empresa teniendo como encargado en Corpa a un tal Manzaneque.

La estructura de generación se modificó sustancialmente: a nivel nacional la producción hidroeléctrica pasó de suponer un 84% de la producción en 1960 a un 50% en 1970. También se incrementó sustancialmente la producción con fuel-oil en un contexto de bajos precios del petróleo. Además, en el año 1968 se incorporó la primera central nuclear en Zorita de los Canes (Guadalajara).

Desde entonces la demanda de electricidad no ha hecho más que crecer, sus precios se han disparado, la infraestructura de transporte se ha incrementado y se han incorporado en la generación distintas energías renovables con mayor o menor éxito.  Existe una preocupación contenida por el cambio climático.

En Corpa y en la zona estaremos atentos para ver como progresan los proyectos planteados recientemente de huertos solares.

domingo, 22 de marzo de 2020

Distribución de agua


He dedicado varias publicaciones en el pasado para hablar de las fuentes y el agua de Corpa.  En el pueblo no teníamos necesidad de distribución de la misma puesto que con la Fuente Vieja y la Nueva - grande y pequeña que decimos ahora - nos ha servido durante mucho tiempo.  Además el pilón de la fuente grande siempre fue un punto de encuentro para lavar la ropa y hacer vida social.

Foto Angelines Cuñado
De todas formas siempre existieron en el pueblo manantiales dónde el agua brotaba espontáneamente y se utilizaban para lavar, fregar cacharros e incluso para beber si la sed llegaba.  Aún está en la memoria de nuestros mayores un pueblo evidentemente sin asfaltar y con muchos pasos de madera para sortear pequeños arroyos antes de entrar en algunas casas. 

Quizá fuese por todo esto por lo que en Corpa no hubiese una distribución de agua corriente hasta el año 1959.  (¡Hace 4 días!) En mi mente está en que ese año Suarez ganó la vuelta a España y me cuesta imaginar que en ese momento aún no hubiese agua canalizada en Corpa.

En la foto que encabeza esta publicación podéis ver el plano del proyecto en el que se dotó a la Villa de un deposito de agua y tres puntos de suministro, en la Plaza de la Constitución, en la Plaza de la Alegría y en la Plaza de España.  El proyecto no sólo contemplaba la distribución, también una red de alcantarillado y saneamiento que desalojaba el agua hasta la fuente grande.

Por cierto, estas tres plazas sobre las que alguno puede pensar que tienen nombres recientes, deciros que tienen los nombres originales y atribuidos en torno a 1815 tras la constitución que anteayer cumplió 208 años (la Pepa).  En mi opinión un acierto el restituir los nombres y no mantener los impuestos en posguerra del Generalísimo y de Jose Antonio ya que no eran sus nombres originales.

En estas tres plazas se incorporaron distintas fuentes más o menos ornamentales, y evidentemente la de mayor tamaño y belleza se ubicó en la plaza de la Constitución.


Para la realización de esta fuente se utilizó piedra labrada de Colmenar y ladrillo de las cerámicas de Torres de la Alameda.  En el plano podéis ver con mayor o menor detalle cual era su composición original. Por su terminación tan característica pronto fue bautizada como fuente de la Bellota.  

Foto Maripaz García
Con la misma rápidez que fue bautizada se convirtió en punto de encuentro y en el lugar de referencia para hacerse las fotos BBC (bodas, bautizos y comuniones).  Por desgracia de aquella fuente a día de hoy sólo queda la bellota que fue reincorporada tras un intento mal ejecutado de restablecer la fuente original.  Ya vimos en el post del Taller de confección a Manolo, Cosme y Palomo posando en la bellota, en esta ocasión selecciono esta otra que pone de manifiesto lo que comento

Foto Valentina Cortes

En la plaza de la Alegría la fuente fue mas sobria, pero fue la segunda en importancia dada su ubicación.


El material utilizado tuvo el mismo origen que el de la anterior y podéis ver como era en esta foto que adjunto.

Foto Ani de las Heras
La última de las fuentes instaladas se ubicó en la Plaza España, en lo que a día de hoy es el parque.  Tengamos en cuenta que en aquel momento el parque no estaba construido (creo que se hizo en el año 72)

En las siguiente fotografías se puede apreciar en detalle la forma que tenía la fuente.
Foto Francisco Pérez

Adicionalmente se hizo el depósito de agua que todavía a dia de hoy podemos visitar y que tiene el siguiente aspecto



Fue a partir de entonces cuando el agua empezó a canalizarse y hasta el año 1972 no se aprobó un segundo plan de saneamiento y distribución adicional que ascendía a un total de 2.873.284 pesetas. Con ese plan se extendió el número de ramales de alcantarillado existente en el pueblo.
Posteriormente se alcanzó un convenio (principios de los 90) con el canal de Isabel II quien se ocuparía de la aducción y distribución mezclando inicialmente el agua traída del Canal con la existente en Corpa.

Hasta entonces se decía que los vecinos de Corpa no sufrían con sus huesos (sobre todo de cadera) pero eran propensos a tener piedras en el riñón debido al exceso de cal en el agua.  Aún así cuando se enteraron que el agua no iba a ser de nuestra Fuente Grande muchos fueron reticentes a su consumo y todavía hay quien baja a la fuente a por sus garrafas de agua.  Me acuerdo de algunas conversaciones en las cuatro esquinas dónde se decía que "había que estar muy atentos porque el cocido tardaba menos en hacerse con este otro agua".

Pero esa reticencia no era el único inconveniente del convenio, durante años pudimos ver como en cada avería el Ayuntamiento sufría las reparaciones (quien no recuerda a Luis el de Basilio abriendo zanjas de noche a la luz de un portátil para encontrar las fugas) y no fue hasta Noviembre de 2003 cuando el Ayuntamiento alcanzó un convenio con el Canal donde ya se cedía la gestión integral del agua a cambio del porcentaje correspondiente en factura.  Ese contrato integral se mantiene prácticamente igual que entonces y contempla aducción, distribución, alcantarillado y depuración del agua.

Gracias a la renovación de varias calles del pueblo (Mayor, Cruces, Agua. Huertos...) en las últimas dos décadas se ha podido aumentar la presión del agua mejorando considerablemente la distribución.  Tenemos en estos momentos la mejor red de distribución de la que ha gozado este pueblo.
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