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domingo, 29 de marzo de 2020

El pósito



Este edificio que hoy en día pasa desapercibido y que está ubicado en nuestra plaza desde el siglo XVI era fundamental en otra época.  Se trata de un Pósito, también denominado Alholí en algunos lugares de España.

Por entender la funcionalidad de este edificio hay que trasladarse a la vida en la Edad Media.  La alimentación en los pueblos de pequeña población es casi autóctona, de agricultura y ganadería directa y basada en el trueque comarcal casi más que en la compra.  En el ámbito de esa subsistencia las inclemencias del tiempo y las plagas hacen excesivamente vulnerable el asegurar el sustento a la población. Amén del miedo de volver a vivir los problemas de carestía, e incluso hambrunas, que vivieron las ciudades castellanas desde el siglo XIV,

Por eso la corona de Castilla con los Reyes Católicos en 1480, muy preocupada por asegurar el sustento en los pueblos promulgó leyes que obligaban a tener edificios adecuados para la provisión de pan, abastos y mantenimientos esenciales para los ciudadanos.  Los pósitos en su genuino carácter eran graneros, especialmente de trigo, con el objeto de abastecer al público vecinal, especialmente en las épocas de carestía y de prestar grano a los labradores, tanto para la siembra como para el consumo en los meses de mayor escasez, librándolos así de caer en las manos de la usura.  A los vecinos necesitados se les hacían prestamos desde mediados de Abril hasta la cosecha. Normalmente, en Agosto.

"sostener a los pobres en el tiempo de las 
necesidades que ocurren para las carestias. E para que el pan
que se viniesse a vender se sostuviesse en bueno e justo precio,
e no se encareciesse por falta de los temporales». (Ordenanzas
para el régimen..., pp. 27-28)"

Otro edificio del que se había de disponer era la Alhóndiga,  edificio habilitado para que los forasteros que vienen de la comarca a vender el trigo a la población lo metieran allí.  Además también quedaba habilitado para otras mercaderías.  De esa manera no se mezclaba la 'despensa' para el pueblo del lugar habilitado para el mercado.

Los concejos municipales fueron los encargados de regir, custodiar y administrar estos organismos y sus importantes fondos.  Por eso con frecuencia los Pósitos y Alhóndigas fueron albergados en dependencias municipales próximas o directamente lindantes con las Casas Consistoriales donde se reunían los miembros del concejo.

Por las referencias leídas, en Corpa, como sucedió en otros municipios, es muy posible que el Pósito y la Alhóndiga, diferentes en teoría, compartieran el mismo edificio en la práctica.

Fue tal la preocupación que incluso regularon en 1502 el precio del trigo para evitar los precios abusivos que podían llegar a tener cuando escaseaba:

«Otrosí, porque por estar el trigo en poder de personas
ricas quando viene haver alguna falta de pan se encarece demasiadamente,
y los pobres padescen mucha necesidad. Lo qual
se podria muy bien remediar si en cada lugar oviesse deposito
ordinario de trigo, porque desta manera comprarse bia el dicho
trigo quando valiesse barato, y quando uviesse carestia de pan
podria se dar el dicho trigo de los dichos depositos a personas
pobres e a los precios que oviesse costado, sacadas las costas
que en ello oviessen hecho. Suplicamos a V. M. Mande que
en cada lugar destos reynos haga e aya deposito ordinario 
de trigo para el dicho effecto"



Se considera esencial el relevo y actuación fundacional que el Cardenal Cisneros cogió de los Reyes Católicos.  Gracias a él Toledo, Alcalá de Henares y Torrelaguna fueron las primeras en tener estos edificios en 1512, 1513 y 1514 respectivamente.  A partir de ahí se extendieron por toda la corona de Castilla.

Los pósitos llegaron a ser uno de los principales bienes de propios de los que dispusieron los cabildos municipales, al cumplir también ciertas funciones de crédito agrícola, debido a los préstamos que concedían a los campesinos. No es extraño, por tanto, que su administración estuviera perfectamente regulada, ya desde su fundación, y que los escribanos del concejo recogiesen en sus actas tanto los diversos movimientos de grano como los depósitos monetarios que eran  custodiados en un arca de tres llaves, siempre presente en estos edificios.

«Mandamos, que en cada lugar haya una arca de tres
llaves diferentes, en la parte más cómoda y segura que al Ayuntamiento
le pareciere, en la qual se meta todo el dinero que tuviere
el pósito, y hubiere procedido y procediere del pan de él;
y la una llave tenga la Justicia, y la otra un Regidor, y la otra
un Depositario, que para ello serán nombrados en el tal tiempo
que se eligieren los Oficiales del Concejo; y que en la dicha
arca no se pueda meter ni sacar dinero ninguno; sin que todos
tres estén presentes, y el Escribano de Ayuntamiento, que dé fe
dello, y lo siente en un libro, que estará en la dicha arca, firmando
todas las partidas que se metieren o sacaren [...]»

Felipe II en una pragmática de 15 de Mayo de 1584 estableció la primera reglamentación oficial de estos establecimientos,

«Y esta dicha nuestra ley y pragmática se ha de guardar
en todas las ciudades y villas y lugares destos Reynos donde
hubiere pósitos de pan, ansí Realengos como de Señoríos, Ordenes,
Abadengos y de Behetrías: con que en los lugares donde
hubiere algunas ordenanzas de pósitos por Nos confirmadas,
que fueren en alguna cosa contrarias a lo que aquí va ordenado,
los tales lugares platiquen y confieran en sus Ayuntamientos
lo que converná, y les será útil y provechoso guardar; y lo
que ansí platicaren y confirieren, lo envien a nuestro Consejo,
para que en él visto, se provea lo que más convenga; y en el
entretanto hayan de guardar y guarden lo contenido en esta
nuestra ley».


En 1792 existían ya en España 5249 pósitos municipales, a partir de esa fecha se reitera lo de las tres llaves para el dinero y se exigen también dos llaves para el depósito de grano.  Según la recopilación del Marqués de Ensenada en su catastro "hay dos llaveros de los granos de los diezmos de esta villa que lo son don Santiago Serrano, presbítero y Alfonso López"

En nuestro pueblo, las tres llaves y su arca de tres cerraduras se mantuvieron en el consistorio hasta los años 20. En ese periodo el arca se vendió a un anticuario de Madrid (así lo pude constatar en el archivo del Ayuntamiento).  Por la descripción encontrada, la pinta de la caja de caudales podría ser muy similar a la de la imagen




Como anécdota hace unos años nos hicimos con una llave de caudales en un mercadillo.  Por ser honesto dudo de su autenticidad  pero por comparación con algunas originales pudiera ser verdad.



Y con esto ya conocéis algo más sobre un edificio que viene observando la vida en el pueblo desde el siglo XVI.  Para algunos, esta funcionalidad que explico hoy, era desconocida y sólo sabían que el edificio fue lateral de la plaza de toros, soporte de andamios en festejos, el lugar dónde se colgaba el jamón de las peñas, fondo de festivales musicales o simplemente dónde Luis guarda el tractor.



2 comentarios:

  1. Otro artículo maravilloso. A la vez que entretener en estos momentos nada fáciles, nos ayuda cada día a saber un poquito más de la historia de nuestro pueblo y también de nuestro país.
    Gracias Jose!!
    Un beso 😘

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    Respuestas
    1. Me alegro que os guste. Intento hacerlos lo más amenos posible. Gracias por el comentario.

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